“¿Vienes del hondo cielo o del abismo sales, Belleza? Tu mirar, infernal y divino, vierte confusamente beneficios y crímenes, por lo que se te puede comparar con el vino”
(Charles Baudelaire)
¿Quién y cómo decide qué es arte en cada etapa histórica? El arte es un concepto tan amplio y relativo que es difícil o casi imposible responder a esas preguntas sin quedarnos cortos o sin olvidar tantas aristas como contiene.
Para no tocar ni el cielo ni el abismo en este pequeño texto, me voy a centrar en el concepto de arte actual, concepto tan cambiante que lo que en un tiempo fue arte, quizás hoy no lo sea y viceversa.
Una gran parte de la población está acostumbrada en esta parte del mundo a llamar arte a las obras que conservan las reglas y normas académicas, según los estándares de la consideración del término “belleza”, destinadas a museos o galerías. Adorno decía que museo y mausoleo compartían algo más que terminología, más bien la taxidermia, porque en el museo las obras permanecen muertas.
Y es que el concepto de belleza se agota cuando surge la estética feísta. ¿Acaso no es arte el cuadro de los viejos comiendo sopas de Goya? ¿Para alguien es bella esa imagen? Pero sí decimos que es arte, por la técnica maravillosa de Goya, por la impresión que nos causa, sin embargo, en su tiempo las pinturas negras no fueron consideradas como tal.
Al igual sucedió con tantas obras a lo largo de la historia. Cuando vemos los esclavos de Miguel Ángel, prisioneros en la piedra, nos extasiamos, y sin embargo no fueron más que figuras inacabadas que no le interesó terminar y dejó tiradas en su taller. O las pinturas con verduras y frutas de Arcimboldo que en su época de 1.500 en Italia no eran consideradas más que como manualidades, las que ni siquiera vendía pues vivía de hacer vitrales para iglesias, sobre esos cuadros quizás pensó que sus coetáneos no estaban preparados para valorar su pintura, hasta que el tiempo pasó y hoy son tan valoradas y aclamadas.
Clasificaciones se han hecho múltiples a lo largo de la historia, se habló de bellas artes, artesanía, artes menores, se habló de arte sublime, singular, bello, de bellezas de la forma, del arte representativo o emotivo. Se dividió el arte entre obras que representaban la realidad y otras que mostraban un sentimiento interior. Hasta llegar a los impresionistas que rompieron con el clasicismo y dieron paso a las primeras vanguardias, en las que cabía todo tipo de técnica y toda forma de creación, llegando al arte que no ilustra nada, sino que muestra un proceso.
Duchamp, con la elección de un urinario (o fuente) rompió con todas las reglas y normas del arte anteriores. Planteó al mundo un nuevo concepto, se adelantó al arte conceptual, le dio la categoría de arte a los objetos cotidianos. Para Duchamp, arte es “el proceso a través del cual se titulaban «artísticamente» objetos producidos industrialmente, con una mínima o ninguna intervención, elevándolos de esta manera a categoría de «obra de arte»”.
Las segundas vanguardias han abierto aún más el campo del arte, superando la barrera que privilegiaba los sentidos de la vista y del oído, hoy el tacto, el gusto y el olfato están recuperando un lugar en la creación artística. La cocina, a nivel de gusto y olfato, por ejemplo, es un espacio nuevo de experimentación. ¿O quizás solo es una moda pasajera y tiene que ver con el negocio más que con estándares artísticos? ¿La tortilla deconstruida de Ferran Adrià es una obra de arte?
¿Acaso el concepto de arte actual nos ha llevado a concebir como obras de arte todos los grafitis sin técnica alguna? ¿Quién se atreve a excluir unos de otros grafitis, sin ser tachado de antiguo, a no ser desde un punto de vista personal? ¿Y los videojuegos o las famosas instalaciones que a veces se confunden con restos de basura esperando ser recogida en un contenedor?
Pero aún se siguen haciendo bellas obras, como los dibujos y las tintas de Dan Liu, técnicamente rompedoras, evita el pincel tradicional y enfatiza la composición sobre la pincelada llamativa, aunando el concepto de arte de la China tradicional, la poesía, pintura, filosofía, caligrafía y modernidad.
Una cuestión interesante y curiosa es la que se está presentando en la actualidad con algunos artistas que vuelven a la figuración, como el noruego Odd Nerdrum, cuya obra está influida por Rembrandt, y al que se le ha rechazado, denunciado y hasta acusado de formar sectas con los alumnos que llegan a su estudio desde todas las partes del mundo, por la sola razón de que ese tipo de pintura tradicional, paradojas de la historia, es rompedor hoy en día.
Y en cuanto a los autores, ¿solo los seres humanos pueden hacer arte? ¿Un termitero es una obra de arte? ¿Y una colmena? ¿Los castores tienen conciencia y creatividad cuando hacen sus diques, no siempre del mismo modo? ¿O el arte requiere un plan y un proyecto anteriores?
Concluyo ¿Por qué creamos arte? ¿Qué nos lleva a los humanos a sentir la necesidad de escribir un poema, de hacer una pintura, un edificio estético o componer música o una fotografía? ¿Cuál es el origen de ese sentimiento que nos lleva a sentir el síndrome de la belleza o a emocionarnos con un color o una idea? Múltiples interrogantes que se ha hecho la humanidad a lo largo de la historia, y que en cada época habrá tenido unas respuestas distintas y nunca completadas.